Adele consigue estar a la altura en ‘25’

Adele ya no es aquella cantante que nos hizo a todos partícipes de su dolorosa ruptura en 21, disco del que despachó unos inalcanzables 30 millones de copias. Ahora es feliz. Ha rehecho su vida con otro hombre, ha tenido un hijo y saborea las mieles del éxito. Fácilmente podría haber escrito un álbum sobre ello, pero ha preferido ir por otros caminos. Después de sufrir un bloqueo creativo, la británica, en un ejercicio de introspección, ha abordado en 25 el paso definitivo a la vida adulta. Para bien y para mal. Ha recordado todo lo que la ha llevado a este momento de felicidad, enfrentándose a su antigua yo y al paso del tiempo.
La carta de presentación de 25 no puede ser más clara al respecto. En la escalofriante Hello –desde ya un clásico-, piensa en el pasado y en los errores que cometió. No encontramos en ella la rabia y la tristeza que inspiraron 21, sino a una mujer conciliadora y serena. When We Were Young es pura melancólica y sentimiento. El piano con aroma a música de los 70 no podría quedarle mejor. Y si en la medio góspel River Lea se acuerda de su ciudad natal, en Million Years Ago directamente recuerda su infancia o adolescencia en clave acústica. “I miss my friends, I miss my mother, I miss it well, life was a party to be thrown, but that was a million years ago”, canta.
Predominan en 25 las baladas atemporales con las que asociamos a Adele. Love In The Dark intenta recrear descaradamente la magia de 21, pero es un número tan bien construido que hay que rendirse ante él. En All I Ask –co-escrita por Bruno Mars-, manda el piano. Aquí, le pide a su novio un último momento especial antes de que la relación acabe. Como en el resto del disco, quiere mirar hacia delante aunque sin olvidarse de lo que deja atrás. A pesar de que esa es la tónica general, ha introducido pequeños cambios en su sonido. Send My Love (To Your New Lover) es lo más pop que ha hecho jamás. Y lo es por la producción de Max Martin, a quien ni siquiera conocía. Resulta tan llamativa como anecdótica. También hay en Water Under The Bridge un toque pop, aportado por un Greg Kurstin que aprovecha algunos de los trucos que ha usado con Kelly Clarkson o Tegan and Sara. I Miss You, en cambio, apuesta por un tono más oscuro y atmosférico con el que sumergirnos en esa intimidad de una pareja de la que habla la artista al referirse a ella.
Adele trata en 25 temas como las rupturas, la nostalgia y la maternidad (muy emotivas Remedy y Sweetest Devotion). Y lo hace, de nuevo, de un modo muy honesto con el que nos permite conocerla mejor. Y no solo eso, sino que encima consigue que todos conectemos fácilmente con ella y sus sentimientos. Lo tenía difícil para mantener el nivel de 21, pero 25 ha logrado estar a la altura. Una muestra de que aquello no fue un golpe de suerte, sino un ejemplo del gran talento que posee Adele.

Nota: 8,2
Destacamos: Hello, I Miss You, When We Were Young, Remedy
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