Chris Martin comparte su pena en ‘Ghost Stories’ de Coldplay

Resulta difícil no ver el sexto disco de Coldplay como el disco post-ruptura de Chris Martin. Dos meses antes del lanzamiento de este Ghost Stories, el cantante anunciaba que Gwyneth Paltrow y él se separaban después de más de 10 años de matrimonio. La última etapa de su relación coincidió con la grabación del álbum, lo que se refleja en unas canciones que hablan sobre el desamor y la pérdida. De manera natural, eso los ha llevado a abrazar el intimismo de sus primeros trabajos en vez de seguir con el sonido grandilocuente y colorido de Mylo Xyloto. Ha colaborado en ello el productor Paul Epworth, también implicado en uno de los mayores discos de ruptura, el 21 de Adele.
Coldplay huye aquí de los excesos y ofrece melodías contenidas y melancólicas acompañadas de unas letras sencillas pero crudas y directas. Puede que frases como “All I know is that I love you so much, so much that it hurts” de la plana Ink o “I think of you, I haven’t slept” de la envolvente Always In My Head sean simples, pero resultan tan sinceras que es imposible no conectar con ellas.
Que Ghost Stories sea intimista no significa que no esté lleno de detalles. Magic, a priori minimalista, tiene muchos matices que se van incorporando poco a poco. “And if you were to ask me. After all that we’ve been through. Still believe in magic? Yes, I do”, canta Chris al final, redondeando así un tema cargado de nostalgia. En True Love, Timbaland añade su típico beat, aunque de una forma muy sutil para no eclipsar los sintetizadores y las cuerdas que construyen esta súplica hecha canción. Y lo mismo sucede con la bonita Another’s Arms y la voz de soprano que va apareciendo y desapareciendo mientras Chris confiesa echar de menos la compañía de su pareja. No es casualidad que le suceda Oceans, una canción sobre la soledad en la que, aparte de guitarras acústicas, podemos escuchar un parpadeante sonido similar al de un sónar que se pierde en su atmosférica coda final.
Dos canciones, totalmente diferentes entre sí, rompen el tono general del disco Por un lado, está la ambiental y fantasmagórica Midnight, que incorpora elementos de un tema de Jon Hopkins, quien colaboró con Coldplay en Viva La Vida. Un interesante experimento que no tiene continuación en más pistas. Y, por otro lado, está A Sky Full Of Stars, una co-producción de Avicii en la que el grupo, aun manteniendo su identidad, se entrega a la electrónica de los subidones. Son conscientes de que este es el single que venderá fácilmente el álbum.
Chris lidia en Ghost Stories con la pena de una ruptura y a la vez con su aceptación. Al acabarlo, nos damos cuenta de que ya está dispuesto a mirar hacia adelante, como se desprende de la esperanzadora O (“Maybe one day I can fly with you. Fly on”, dice). Por el camino, nos ha hecho partícipes de su dolor a través de un álbum honesto, personal y tan bello como desgarrador. Coldplay demuestra así que aún tiene qué ofrecer 14 años después de su debut.

Nota: 8
Destacamos: Magic, True Love, Another’s Arms, Oceans
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