Todo
apunta a que el segundo disco de Hurts, Exile, no va a funcionar bien en
términos comerciales. Medios que los apoyaron en sus inicios les han dado la
espalda ahora y, de momento, no han lanzado ninguna canción que haya calado
entre el público. Quizá la principal
causa de todo esto sea la nueva dirección que han tomado. El grupo consiguió
con su debut Happiness crearse una identidad y un sonido propio a base de
baladas atemporales como Wonderful Life o Stay. Sin embargo, se han empeñado en
oscurecer las canciones para su nuevo álbum, lo que les ha hecho perder ese
factor que los diferenciaba y que les daba encanto.
Con
este disco, Hurts se han convertido en otro grupo que apuesta por la grandeza.
El primer tema, Exile, ya indica este giro. En él dejan a un lado el synthpop
calmado para adoptar una electrónica imponente que los acerca a la última etapa
de Muse, como sucede con los excesos orquestales de Mercy.
El
primer single, Miracle, con reminiscencias a los Coldplay de Paradise,
ponía de manifiesto las ganas del dúo por conseguir un hit, una intención que
se nota en los primeros minutos del disco. Sandman tiene una melodía pegadiza y
unos acertados coros de niños que subrayan la oscuridad que buscaban y encajan
con la triste historia en la que involucran al personaje del folclore anglosajón que
da título al tema. No se puede decir lo mismo de los coros de Blind, cuya
inclusión resulta gratuita. Ahí reside otro de los problemas de Exile: en
ocasiones suenan tan forzados que le restan gracia a temas correctos. Sucede con The Road, donde se pasan en su empeño por conseguir una canción sucia y oscura.
No
obstante, hay canciones en las que vuelven a sus orígenes. Only You marca la
línea que tendrían que haber seguido en este álbum. Recuerda a su debut, pero a
la vez sugiere que ha habido cierta evolución. Y en los minutos finales de Exile,
vuelven al terreno de las baladas. En The Crow abandonan la búsqueda de la
grandiosidad inicial y adoptan un sonido intimista que les sienta muy bien,
tanto como la electrónica contenida de The Rope. Incluso la mínima épica que han
añadido a Somebody To Die For les queda bien.
Hurts
no han hecho un mal disco. Simplemente han dado un giro importante a su estilo con el que no han obtenido tan buenos resultados como cabría esperar. Con Happiness, tenían
un sonido fácilmente reconocible y que se asociaba con ellos. Pero en Exile, se
han perdido, sin destacar, en el mar de grupos en busca de himnos.
Les tocará reflexionar para su tercer disco sobre el camino que más les
interesa seguir.
Nota: 6,5
Destacamos: Sandman, Only You, The Crow
0 comentarios:
Publicar un comentario