Dido, autocomplaciente en ‘Girl Who Got Away’

Dido es la responsable de dos de los discos más vendidos de la década de los 2000. En cambio, Safe Trip Home pasó muy desapercibido. Esto la dejó en una encrucijada a la hora de preparar su cuarto álbum: ¿recuperar al gran público o hacer música que le guste a ella y a sus fans más fieles? Con Girl Who Got Away ha elegido la segunda opción.
A estas alturas de su carrera, Dido puede grabar lo que le venga en gana. Una vez más, ha confiado la mayor parte del disco a su hermano –y miembro de Faithless- Rollo Armstrong, con quien ha compuesto y producido la mayoría de los temas. Por ello, es inevitable que vuelven a terrenos que hemos escuchado muchas veces en un disco de Dido. Algunos son un deja-vu, como el single No Freedom o la aburrida música ambiental de Day Before We Went To War, y otros funcionan mejor, como la minimalista Sitting On the Roof of the World, una reflexión de la cantante sobre su éxito y su experiencia en la industria musical.
No obstante, también hay cambios, por sutiles que sean. Dido ha apostado tímidamente por una electrónica bien elegante. Ahí están la envolvente y cálida Girl Who Got Away o Let Us Move On, su colaboración con Kendrick Lamar coescrita por Jeff Bhasker (Kanye West, fun.) en la que además tira de unos sonidos trip-hop. Pero donde realmente está presente el trip-hop es en Blackbird. Dido intenta salirse de su zona de confort, aunque al final se queda a medio camino. No hay más que escuchar cómo evoluciona el tema. Empieza sonando mucho a hip hop para llegar a un estribillo con una melodía fácilmente asociable con la intérprete.
Entre lo más arriesgado del disco se encuentra Love To Blame, donde adopta un sonido reggae electrónico con un toque retro aportado por un bajo y unas trompetas. Sin duda, una grata sorpresa. El intento por innovar se nota también en Loveless Hearts, aunque el resultado es una confusa combinación entre electrónica y la Dido de siempre. Algo mejor es la uptempo Go Dreaming. Lo malo es que se alarga demasiado y su base acaba siendo repetitiva.
Greg Kurstin firma las dos únicas producciones del disco en las que no están involucrados Dido y su hermano. Y ofrece una de cal y otra de arena. Por un lado, End Of Night es un excelente y cautivador número synthpop. Pero por otro, Happy New Year se convierte en un tema minimalista que podría encontrarse en discos anteriores de Dido sin destacar especialmente. Y eso a pesar de su triste e intensa letra.
Dido ha grabado Girl Who Got Away sin la vista puesta en las listas de éxitos. No es algo que se le pueda reprochar, como sí se le puede hacer a la autocomplacencia que predomina en el disco. En ocasiones se echa en falta que hubiera asumido más riesgos, pero eso no quita que el álbum funcione bastante bien y sea disfrutable.
Nota: 6,7
Destacamos: Girl Who Got Away, Let Us Move On, End Of Night, Love To Blame
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