Las prisas pasan factura a ‘Unapologetic’ de Rihanna

Rihanna sigue haciendo méritos para lograr un grandes éxitos excelente. Justo doce meses después de Talk That Talk publica Unapologetic, su séptimo disco en siete años de carrera. Hasta ahora no había tenido problemas para dar con buenas canciones, siempre envueltas de un relleno que se detecta a la primera escucha. Sin embargo, parece que las prisas empiezan a pesar mucho sobre el resultado final.
Unapologetic supone un cambio de sonido respecto a sus dos discos anteriores. Aquí deja de lado el dance y se sumerge sin complejos en el urban y el R&B. Se puede comprobar con la aburrida y prescindible Pour It Up, donde habla de gastarse el dinero en strippers como si fuera 2 Chainz u otro rapero. Un estilo similar adopta en Numb. La nueva colaboración con Eminem se queda lejos de Love The Way You Lie por cargante. Incluso David Guetta tira hacia terrenos urban en la repetitiva Phresh Out The Runaway. En cambio, su otra aparición, Right Now, mantiene el sonido del DJ sin que encaje con el resto del álbum. Es todo lo que podría esperarse de la unión de ambos, aunque tipo descarte de alguna sesión de estudio anterior metida por compromiso.
Por mucho que esté Guetta, Stargate y Chase & Status firman la mejor canción del disco pensada para las pistas, por mucho que no sea tan instantánea como We Found Love. Se trata de la sexual Jump, que supone la incursión de Rihanna en el dubstep.
En general, Unapologetic se centra en mostrar el lado más calmado de su intérprete. Así lo avanzaba Diamonds, el primer single que sorprendió por su sonido. A pesar de que Rihanna cante como Sia (involucrada en su composición), tiene una producción elegante y con tanto “
Shine bright like a diamond” se convierte en un grower. Más balada es Stay, a piano y con una Rihanna que suena íntima. A ello hay que sumarle el descubrimiento que supone Mikky Ekko. Por su parte, What Now es el ejemplo de cómo arruinar una buena canción. La melodía es bonita hasta que llega un estribillo basto y una guitarra eléctrica metida con calzador que echan todo por tierra. El resto son Loveeeee Song, un R&B electrónico disfrutable cuya mayor pega es Future, y Get It Over With, puro relleno (y del malo).
Y dado que Rihanna ha recuperado su relación con Chris Brown, él es protagonista de algunas canciones. Ambos colaboran en la irresistible Nobody’s Business, con un ritmo entre R&B y disco en el que piden que la gente se calle y los deje en paz. Resulta difícil cuando la de Barbados vuelve a hablar de su maltrato Love Without Tragedy / Mother Mary (dos temas en uno) y en la reggae No Love Allowed, en la que dice cosas como “Estaba bien hasta que me tiraste al suelo”.
Unapologetic no tiene mucho que aportar al grandes éxitos de Rihanna. O, al menos, de él se extraerá la parte más floja. Es coherente en cuanto a sonido, pero poco más, ya que no cumple con sus pretensiones de seriedad e introspección. Al final, se queda en una excusa para envolver dos o tres hits que se vean por las listas, que Rihanna salga de gira y que se siga hablando de ella.

Nota: 6
Destacamos: Diamonds, Jump, Nobody's Business
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