Cuatro años han pasado desde que a The Killers les diera por
el synthpop en Day & Age. Entre medias, Brandon Flowers tuvo tiempo de
iniciar su carrera en solitario, recordando inevitablemente en muchos momentos
al grupo que lidera. Ahora regresan con Battle Born, un disco en el que se
notan las influencias del rock de los años 80. Tras escuchar al completo el álbum, se puede decir que la decisión le ha
sentado bien a la banda.
El álbum empieza con unos soniditos electrónicos propios de
un videojuego antiguo en Flesh And Bone. Pero no es nada representativo de lo
que viene a continuación. Enseguida se añade una elegante sección de cuerdas
que cede el protagonismo a las guitarras en el estribillo. La verdadera potencia
se nota en otros temas como el single Runaways, que seguramente llenará de
energía sus conciertos; o en la eléctrica From Here On Out, directa y sin dejar
tiempo de descanso. Más inofensiva resulta la nostálgica The Way It Was. En cambio, Battle Born cierra con mucha intensidad: grandes coros, guitarras
amplificadas y una excelente melodía que cambia por completo hacia el final
para dejar que un piano y un sintetizador sean lo último que se escuche del disco.
También hay momentos en los que, por mucho que lo intenten,
no desprenden la energía que buscan. A Matter Of Time tiene un ritmo creciente
y al principio parece que va a despegar por todo lo alto, pero el clímax llega
demasiado tarde, casi al final. Por su parte, The Rising Tide resulta un
revival ochentero de manual. Ni los juegos electrónicos ni el solo de guitarra
le dan demasiada gracia al tema. Le perjudica ir precedida de la estupenda Miss
Atomic Bomb, cuyo principio puede recordar a Human. Un buen tema en el que Brandon
canta sobre una historia de amor que se desarrolla cerca de las pruebas
nucleares de su Nevada natal.
Tampoco se han olvidado de las baladas, que sirven como
contrapunto más tranquilo. Han conseguido que ninguna de ellas se haga pesada. Deadlines
And Commitments se ha construido en torno a una batería y un sintetizador casi
místico, Be Still es cautivadora, y Heart Of A Girl incorpora con mucho acierto
un góspel final. Destaca especialmente Here With Me, emotiva y capaz de poner
en pie al público de sus conciertos y a la vez lista para su disfrute en
solitario.
Battle Born ha devuelto a The Killers en buena forma. El revival
ochentero no ha perjudicado a las melodías de un disco en el que siguen contando
historias de desamor, sueños rotos y problemas familiares con un tono por momentos intimista y por
momentos grandilocuente.
Nota: 7,7
Destacamos: Flesh And Bone, Runaways, Here With Me, Battle
Born
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