‘Born To Die’: hay algo más detrás de la imagen de Lana Del Rey

El relanzamiento de Lana Del Rey como artista ha contado con una campaña de marketing bien estudiada. Desde los primeros artículos en páginas web indies hasta llegar a ocupar portadas de revistas de moda. Poco a poco se ha llevado a Lana Del Rey al gran público. La publicación del excelente Video Games empezó a elevar las expectativas en torno a Born To Die, un disco que parecía que tenía que marcar un hito en la historia de la música. Nada más lejos de la realidad. Ni siquiera ese era el objetivo de Lana. Quizá por eso muchos medios que la ensalzaron ahora la critican. A pesar de todo, Lana Del Rey presenta un álbum sólido.
La cantante define su estilo como Hollywood sadcore. No se pueden negar las reminiscencias constantes al Hollywood de los años 50 y 60 tanto en su música (en melodías y letras) como en la imagen y pose de Lana. Pero todo esto no es un envoltorio vacío. Detrás hay un disco con una buena producción, una gran instrumentación llena de cuerdas y canciones que podrían formar parte de la banda sonora de alguna película de ambientación clásica. Aun así, hay veces que la voz de Lana Del Rey no acompaña.
Indudablemente los cuatro temas que abren Born To Die son de lo mejor del álbum y cumplen con su función: hacen que se quiera escuchar más. El single Born To Die abre el disco ofreciendo una muestra de la elegancia y el clasicismo de la música de Lana Del Rey, algo que también puede escucharse en la imprescindible y atemporal Video Games. Off To The Races funciona como muestra de las influencias hip hop entre las que se mueve Lana. En este caso, el estribillo resulta muy adictivo, como lo es desde el principio Blue Jeans.
Diet Mountain Dew supone el primer corte brusco en el disco. Tras escuchar cuatro canciones excelentes, llega un tema medio bailable que podría haber quedado fuera de Born To Die. Su ritmo hip hop resulta menos fluido  que el de Off To The Races. Algo parecido sucede con National Anthem. Comienza bien, pero ese estribillo con Lana Del Rey rapeando casi de forma paródica le hace perder encanto. Por suerte, los aciertos de las primeras canciones se repiten luego en Dark Paradise, Carmen y Summertime Sadness, todas ellas con cierto tono de tristeza. No se alejan tampoco del clasicismo imperante en el álbum Radio, una buena introducción de Lana al R&B, y Million Dollar Man, en la que la artista coquetea con acierto y de manera sexy con el jazz. El disco se cierra con This Is What Makes Us Girls, que recuerda por momentos el sonido orquestal presente en otras canciones junto con esas influencias hip hop que solo funcionan a veces y que Lana debería mejorar.
Born To Die no es el disco que muchos esperaban, pero eso no quiere decir que sea malo. Mantiene una coherencia con todo lo que Lana Del Rey había ofrecido y sigue ofreciendo hasta el momento. Con un tono triste y deprimente, la artista canta (a veces se esfuerza por hacerlo como puede) sobre melodías bien construidas que mantienen ese sonido que Lana llama Hollywood sadcore. Aunque Born To Die arranca de forma asombrosa gracias a las cuatro primeras pistas, el resto de canciones tampoco desmerecen el disco.       
  
Nota: 7,7
Destacamos: Born To Die, Off To The Races, Blue Jeans, Video Games
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